LAS VUELTAS QUE DA LA NORIA
José Mª García de Tuñón (*)
No descubro nada nuevo si escribo que la mayoría de las cadenas que se pueden ver en España están al servicio de este mal Gobierno que nos ha tocado sufrir. Hace poco tiempo, en una de esas cadenas que, salvo excepción, no suelo ver, tuve voluntariamente, eso sí, que soportar lo que sobre Falange decían en ese programa sectario llamado La Noria que dirige el intransigente e intolerante Jordi González. Comenzó aquél mostrándonos unas imágenes que nada tenían que ver con Falange Española de las JONS, es decir, mezclando secuencias de grupos de la ultraderecha que portaban banderas y emblemas que nunca pertenecieron al partido fundado por José Antonio, pero que a Jordi le daba lo mismo, el caso era manipular la Historia algo que, por otro lado, dudo mucho que el indocumentado Jordi conozca. Una señorita, manipuladora ella y con un gran desconocimiento asimismo de la Historia, decía, sin que le cayera la cara de vergüenza, que Falange Española de las JONS había sido el partido único de Franco olvidando el Decreto de Unificación del 19 abril de 1937; habló también del Cara al sol como el himno franquista cuando lo era de Falange Española de las JONS, y que se llegara a cantara durante el franquismo esa es otra historia; leyó asimismo una serie de ideas que nada tenían que ver con Falange Española de las JONS; se refirió a símbolos preconstitucionales en clara alusión al águila de San Juan que todavía hoy algunos grupos ultraderechistas exhiben en las banderas españolas cuando ese calificativo, tan extendido por parte de indocumentados periodistas, no saben que en el momento en que se aprobó la Carta Magna, el escudo oficial de España era y fue hasta 1981 el águila de San Juan. Estos picaros de La Noria nada dijeron de los que en sus manifestaciones en vez de portar la actual bandera española portan banderas republicanas que, por lo visto, para ellos sí son constitucionales.
Terminada esta serie de enredos, de engaños, de mentiras y lo que es peor, de falta de rigor histórico, entró en liza, en primer lugar, María Antonia Iglesias, la que, según Pedro Ruiz, necesita un exorcismo y a la que otro día el humorista le preguntaba en otro programa de La Noria: «Es puta o no es puta Vd». María Antonia Iglesias calificó el nombre de Falange Española de las JONS como «siglas esperpénticas que suenan a horror y a brutalidad». Por su parte Pilar Rahola, aquella que un día dijo a un policía que iba a ponerle una multa: «Vd. no sabe con quien está, hablando», y a la que también María Antonia Iglesias cuando estaban en campos contrarios le soltó aquello de: «eres una judía practicante, de los que predican el terrorismo militar contra los palestinos», subrayó que no se puede comparar a Falange Española de las JONS «con el Partido Comunista, ni con Carrillo, ni con los nacionalistas catalanes, Convergencia o Esquerra, que lucharon por la democracia». Después tomó la palabra Enric Sopena que fue miembro del Opus Dei y que hoy está al otro lado de la orilla combatiendo siempre que puede a la Iglesia y sus representantes a los que, incluso, llama manipuladores, es decir, ningún camello ve su propia joroba, porque en España hay muy pocos tan manipuladores como él que al igual que sus dos compañeras del cartel defendió la democracia del Partido Comunista.
Este trío está en su derecho, faltaría más, de defender todo lo defendible y hasta lo indefendible, pero lo que no está en su derecho es el tergiversar la Historia porque no es cierto que Falange Española de las JONS fuera el partido único que gobernó durante el franquismo porque como tal dejó de existir el día del Decreto de Unificación que ya ha sido citado. Olvidó asimismo que Franco se rodeó también de políticos democristianos, monárquicos, liberales, conservadores, tradicionalistas y de otros que iban por libre y que, por supuesto, ninguna de esas corrientes tenía que ver con la Falange fundada por José Antonio, ni con el híbrido que vino después donde entraron gentes de todos los colores que nada tenían que ver con la Falange fundacional.
Han defendido sus ideas, lógicamente, y hasta han ido más allá llamando demócrata a Carrillo el de Paracuellos, al que, según el trío, la transición le debía no sé cuántas cosas, pero lo que no se entiende, al menos no lo entiendo, es que Falange Española de las JONS para ellos merezca en estos momentos el fuego eterno, además de ser ilegalizada, cuando quien de verdad trajo el cambio hacia la democracia que tenemos hoy fueron las Cortes franquistas que estaban llenas de camisas azules, aunque desconozco si quienes las vestían eran o no falangistas. Pero sí sé que fue precisamente el sobrino de José Antonio, Miguel Primo de Rivera, quien ante esas Cortes defendió el Proyecto de Ley para la Reforma Política presentada por el Gobierno de Adolfo Suárez, otro camisa azul, porque, dijo, «es la hora de la consulta». Detrás de ambos, Torcuato Fernández-Miranda, que también vistió la camisa azul. Habría que recordar a los manipuladores de la historia que la votación que vino después de la participación de Primo de Rivera, dio el siguiente resultado: 425 votos a favor, 59 en contra y 13 abstenciones con lo que el Proyecto de Ley quedaba aprobado, es decir, de esta manera se acababa con la estructura jurídica del régimen anterior. De todo esto y de los hombres que acabo de citar y otros más, nada dijeron esos tertulianos que más bien se dedicaron a contarnos mentiras o medias verdades que siempre es algo peor.
En la otra parte de la mesa estuvieron los periodistas, Isabel Durán, Ángel Rojo y uno más, cuyo nombre siento no recordar, del Grupo Intereconomía. Ninguno se declaró falangista, era claro, pero defendieron sus propios puntos de vista y, entre ellos, el convencimiento de que el partido Falange Española de las JONS no debiera de ser ilegalizado.Por último, el sectario Jordi González se acercó hasta donde estaba el representante de Falange Española de las JONS, que era como si fuera un convidado de piedra, que asombrado asistía el espectáculo lamentable que estaba ofreciendo el trío, y sin casi dejarle pronunciar palabra volvió sobre si le parecía bien la exhibición de banderas preconstitucionales. A lo que Jorge Garrido, que así se llamaba el falangista, le contestó lo que le tenía que contestar, es decir, que la Constitución se firmó bajo la bandera que portaba el águila de San Juan, que al parecer tanto obsesiona a la izquierda que les lleva a decir todas esas tontería que dicen es preconstitucional demostrando de esta manera una gran falta de cultura histórica. Después, sin casi dejarle decir una palabra más, Jordi González lo despidió, pero eso sí, con gran talante democrático.
(*) Publicado en el nº 511 de la revista El Risco de la Nava.
martes, 11 de mayo de 2010
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